miércoles, 24 de enero de 2024

Reglas del york y Amberes

¿Qué son las reglas de york y Amberes?

 
Las reglas de York y Amberes son un conjunto de normas alfanuméricas que giran en torno a la definición de la avería gruesa y la avería común en el transporte marítimo de carga. Estas normas se  definen con precisión las circunstancias necesarias para que un accidente sea considerado como una avería, teniendo en cuenta ciertos criterios y situaciones específicas.

¿De dónde surgen las Reglas de York y Amberes?

En 1860 se elaboró un proyecto de once disposiciones generales en Gran Bretaña que tendrían el objetivo de crear una normativa que tuviera validez internacional en materia de averías. Más tarde en 1864 una nueva conferencia evaluó, rectificó y aprobó once reglas que componen las Reglas de York, para que en 1877 la Asociación para la Reforma y Codificación del Derecho de las Naciones en una conferencia en Amberes se ratifican y modifican las reglas anteriores, introduciendo así la regla 12 y creando así las Reglas de York y Amberes sobre liquidación de la avería común.

las reglas de York y Amberes han sido consideradas como las normas más importantes en relación a la regulación de las averías marítimas y, por lo tanto, se encuentran incluidas en la mayoría de los clausulados de las pólizas de seguros de carga.


¿Para qué sirven las reglas de York y Amberes?

 A nivel general, las reglas de York y Amberes se utilizan para definir los derechos y las obligaciones tanto de los propietarios de una embarcación como de la carga que se encuentra almacenada en ella cuando se presenta una situación de avería marítima.

Asimismo, debes saber que las reglas de York y Amberes son actualizadas con frecuencia por parte del Comité Marítimo Internacional, el cual tiene el objetivo de fortalecer las reglas marítimas a nivel mundial, globalizar sus estándares y generar conexiones con diferentes organizaciones internacionales.

La última actualización de dichas reglas tuvo lugar en el año 2016.

¿Qué temas regulan estas reglas?

Como ya se mencionó, estas reglas regulan todo lo relacionado a la avería común y gruesa, exponiendo dentro de ellas la definición de avería gruesa y cuándo es que se contrae, qué pasa cuando uno o más buques remolcan a otro, gastos admitidos y no admitidos como avería gruesa, entre otros.

Además, abordan situaciones tales como: los daños por echazón de cargamento (es decir, el sacrificio de las mercancías para salvaguardar la seguridad del buque y los tripulantes), varada voluntaria del buque, extinción de fuegos a bordo, daños causados a las máquinas y calderas, etc.

De esta manera estas reglas buscan la manera de resolver dichas situaciones apegándose lo más posible al derecho marítimo internacional para que logre.


M

Es importante mencionar que las reglas de York y Amberes están conformadas por dos cuerpos normativos, los cuales están clasificados por un grupo de reglas alfabéticas y otro por reglas numéricas.

Las reglas alfabéticas inician de la letra A hasta la letra G y su contenido gira en torno a la definición de las averías marítimas en el transporte de mercancías. Sin embargo, la importancia de las reglas alfabéticas de York y Amberes radica en describir las circunstancias específicas en las que un caso pueda ser considerado como avería gruesa.


Reglas alfabéticas

Regla A
Hay un acto de avería común cuando, y sólo cuando, se hace o se incurre intencional y razonablemente en algún sacrificio o gasto extraordinario para la seguridad común, con el propósito de preservar de un peligro los bienes involucrados en una aventura marítima.

Regla B

Existe una avería marítima común cuando uno o más buques están remolcando o empujando a otro buque o buques, siempre y cuando todos se dediquen a actividades comerciales y no a una operación de salvamento. Si los buques se encuentran en peligro común y uno es desconectado ya sea para aumentar la seguridad del buque, la desconexión será un acto de avería común.

Regla C

Sólo se admitirán como avería común aquellas pérdidas, daños o gastos que sean consecuencia directa del acto de avería gruesa. En ningún caso se admitirá en avería gruesa las pérdidas, daños o gastos ocasionados por daños al medio ambiente a consecuencia del escape o liberación de sustancias contaminantes de los bienes involucrados en la aventura marítima común.

Regla D 

No se afectarán los derechos de contribución en avería común, aunque el hecho que dio lugar al sacrificio o gasto se haya debido a culpa de una de las partes en la aventura marítima común, pero esto no afectará a los recursos o defensas que puede estar abierto contra o para esa parte con respecto a tal culpa.

Regla E

La carga de la prueba recae sobre la parte que reclama en avería gruesa para demostrar que la pérdida o el gasto reclamado es propiamente admisible como avería gruesa. Todas las partes en la aventura marítima común deberán, tan pronto como sea posible, proporcionar detalles de valor con respecto a su interés contributivo y, si reclaman en avería gruesa, notificarán por escrito al liquidador de averías averías la pérdida o el gasto con respecto al cual reclaman la contribución y aportan pruebas en apoyo de la misma

Regla F

Cualquier gasto adicional incurrido en lugar de otro gasto que hubiera sido admisible como avería gruesa se considerará avería común y así se permitirá sin tener en cuenta el ahorro, si lo hubiere, para otros intereses, pero sólo hasta el monto de la avería gruesa gasto evitado.


Dejando a un lado las reglas alfabéticas, a continuación te comparto una lista sobre las reglas numéricas de York y Amberes, los cuales determinan algunos criterios y definición acerca de otros riesgos marítimos relacionados a las averías. 

Reglas numéricas de York y Amberes

Regla I: Echar por la borda la carga
Regla II :Pérdida o Daño por Sacrificios para la Seguridad Común
Regla III: Extinción de incendios a bordo
Regla IV: Eliminación de restos de naufragio
Regla V: Varamiento voluntario
Regla VI: Remuneración de salvamento
Regla VII: Daños a Maquinaria y Calderas
Regla VIII: Gastos de aligeramiento de un buque en tierra y daños consiguientes
Regla IX: Carga, materiales del buque y provisiones utilizadas como combustible
Regla X: Gastos en Puerto de Refugio, etc.
Regla XI: Salarios y manutención de la tripulación y otros gastos de entrada y salida a un puerto de refugio, etc.
Regla XII: Daños a la carga en la descarga, etc.
Regla XIII: Deducciones del Costo de Reparaciones
Regla XIV: Reparaciones Temporales
Regla XV: Pérdida de carga
Regla XVI: Monto Permitido por Carga Perdida o Dañada por Sacrificio
Regla XVII: Valores Contributivos
Regla XVIII: Daños al buque
Regla XIX: Carga no declarada o declarada indebidamente
Regla XX: Provisión de Fondos
Regla XXI: Intereses sobre Pérdidas Permitidas en Avería Gruesa
Regla XXII: Tratamiento de los Depósitos en Efectivo
Regla XXIII: Prescripción de tiempo para contribuir al promedio general

 Conclusión.

Las reglas de York-Amberes y los acuerdos de rescate han sido fundamentales para regular la industria marítima y proteger los intereses de todos con el paso del tiempo, estos acuerdos han sufrido varias revisiones, con la actualización más reciente en 2016. La perspectiva futura para estos acuerdos es positiva, con esfuerzos continuos para garantizar que sigan siendo relevantes y efectivos en el cambio marítimo en constante cambio paisaje.

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